UNA ESCALOFRIANTE NOCHE DE HALLOWEEN QUEER (PARTE I)

 

 

Una selección terrorífica para celebrar la víspera de Todos los Santos o como vulgarmente ya la conocemos en este país: Halloween. Un fin de semana cargado de disfraces, calabazas, el juego de truco o trato, decoraciones siniestras, bromas macabras y sobre todo los maratones de cine de terror. En este caso nos centraremos en la temática LGTBIQ+. Comenzamos…

No importa si es una fiesta pagana o religiosa. Da igual si tiene su origen en una celebración celta o germánica. Nada cambia si procede realmente del samhain, fiesta en la que se celebra el final de las cosechas, de un verano alargado que se adentra en el otoño, para dar la bienvenida al período invernal y al nuevo año, o si tiene más que ver con el sincretismo de celebrar la víspera de la fiesta cristiana de Todos los Santos. De la misma manera que los romanos la asimilan de los celtas, aunque ellos ya tienen una fiesta similar en honor a Pomona, diosa de la fruta, los cristianos la hacen igualmente suya en los tiempos del Papa Gregorio IV, allá por el siglo IX. No deja de ser irónico que en estos tiempos de revisionismo histórico, muchos despotriquen de la fiesta al considerarla una especie de invasión anglosajona, cuando fuera más bien una costumbre europea que viaja de la mano de los colonizadores hasta el Nuevo Mundo, siendo allí donde se remodela para adquirir su forma actual con los disfraces, las calabazas, el juego de truco o trato, la decoración siniestra, las bromas macabras y los maratones de cine de terror, para devolverla al mundo entero en forma de intercambio inmaterial gracias a la cultura popular.

No es descabellado pensar que La noche de Halloween (Halloween, John Carpenter, 1978, EE.UU.), tiene mucho que ver en la manera en la que celebramos la víspera de Todos los Santos, particularmente cuando la mayoría ni vamos a ir a la iglesia esa noche ni tampoco al cementerio al día siguiente. Aunque un servidor apuesta más por la influencia de otro título posterior, E.T.: el extraterrestre (E.T.: the extraterrestrial, Steven Spielberg, 1982, EE.UU.), cuyo alcance popular llega mucho más lejos que el mencionado slasher.

Hasta no hace mucho, era habitual la representación de alguna obra de Don Juan en la víspera de Todos los Santos, siendo las más recurrentes las versiones de Antonio de Zamora, No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague (1713) o de José de Zorrilla, Don Juan Tenorio (1844). Pero aunque se haya comentado mucho sobre las maneras afeminadas del mítico personaje, lo cierto es que poco recorrido tendría una lista de películas sobre el inmortal seductor que incluyan alguna alusión al colectivo LGBT. Hacer una lista de películas de terror tampoco tendría mucho mérito, particularmente si tenemos en cuenta que un servidor ya ha defendido alguna vez que todo slasher es una película bisexual, metafóricamente hablando. De manera que lo que propongo es un repaso por 31 películas de terror para celebrar la víspera de Todos los Santos que tienen lugar en la noche de Halloween y que además incluyen algún personaje del colectivo LGBT o hacen alusión de alguna manera, ya sea buena o mala, porque, como defiende Harvey Fierstein en El celuloide oculto (The celluloid closet, Rob Epstein & Jeffrey Friedman, 1995, Reino Unido, Francia, Alemania & EE.UU., lo importante es figurar… aunque sea para morir, que este caso es lo ideal.

1. Arsénico por compasión (Arsenic and old lace, Frank Capra, 1943, EE.UU.)

Nada como empezar la noche de Halloween de manera un tanto ligera, pero no por ello menos perversa con la adaptación de la obra de teatro de Joseph Kesselring. Se trata de una delirante comedia sobre las tías de Mortimer, dos ancianitas que practican la eutanasia por caridad, aunque sin el consentimiento de sus víctimas. Si bien siempre a través de metáforas, podemos detectar alusiones al colectivo LGBTI en la filmografía de Capra, lo que nos lleva a pensar que podría serlo alguno de los hermanos de Mortimer, que por mucho que uno sea un perturbado y el otro un psicópata, ambos son sospechosamente solteros, llegando el segundo a casa en la noche de Halloween acompañado de su amigo cirujano. Si bien es cierto que en su tiempo todo que más diluido, a tiempo pasado podemos confirmar que Raymond Massey, que interpreta al psicópata, era homosexual en la vida real, lo que un servidor aplica por sistema a sus personajes, siempre que no se diga lo contrario, lo que me impide sacar la misma conclusión del personaje de Cary Grant, que aunque ya sabemos que estuvo tres veces casado, espiritualmente siempre fue fiel a su compañero masculino inseparable.

2. La sangre de Drácula (Blood of Dracula, Herbert L. stock, 1957, EE.UU.)


Un internado femenino siempre sugiere lo que estamos pensando y si a esto añadimos a una profesora de química que utiliza la hipnosis con sus alumnas, creo que no va a ser difícil interpretar el vampirismo como una metáfora lésbica, como por otro lado se ha utilizado en muchas otras ocasiones.

3. El exorcista (The exorcist, William Friedkin, 1973, EE.UU.)


Nada tengo que añadir sobre una primera película de terror que consigue 10 nominaciones a los premios Oscar, materializándose dos de ellas, la correspondiente al mejor guion adaptado, para William Peter Blatty, autor a su vez de la novela, y otro para el sonido de Robert Knudson y Christopher Newman. Lo cierto es que puedes montarte la noche de Halloween en torno a la serie de películas que continúan el relato, pero solo la primera incluye una secuencia que transcurre en la propia noche del 31 de octubre, cuando la madre de Regan hace una fiesta en su casa en la que se produce esa discusión entre el que es su director en la película dentro de la película, Burke Dennings (Jack MacGowran), con su mayordomo alemán, acusado por el otro de ser un nazi. No sabemos si esto último es cierto, más allá de que sea alemán, pero aunque no se confirme en la película, el primero es inequívoca y encantadoramente gay.

4. Mordiscos peligrosos (Once bitten, Howard Storm, 1985, EE.UU.)

Cuando el río suena, agua lleva podríamos decir del hecho de que un personaje de esta comedia vampírica en la que un personaje es confundido con un homosexual, lo que nos lleva a pensar que probablemente lo sea. Por otro lado, perfectamente la película puede haber servido de inspiración a otra no menos delirante, Lo que hacemos en las sombras (What we do in the shadows, Jemaine Clement y Taika Waititi, 2014, Nueva Zelanda) y la posterior serie homónima.

5. La noche de los demonios (Night of the demons AKA Halloween party, Kevin Tenney, 1988, EE.UU.)

Solo quieren pasarlo bien riéndose, bebiendo y si es posible, compartiendo fluidos en una noche de Halloween, lo que no sospechan es que hacerlo en una casa en la que han tenido lugar sucesos realmente macabros podría tener sus consecuencias. Aunque no sea más que un beso lésbico, es más que suficiente para incluirla en esta lista, teniendo además secuela, La noche de los demonios 2 (Night of the demons 2, Brian trenchard-Smith, 1994, EE.UU.), y remake, La noche de los demónios (Night of the demons, Adam Gierasch, 2009, EE.UU.).

6. Línea mortal (Flatliners, Joel Schumacher, 1990, EE.UU.)


Haya o no hay personajes LGTBI en sus obras, lo cierto es que no solo el propio Schumacher era gay, sino que siempre trataba de incluir algún que otro guiño al respecto en sus relatos, aparte de su predilección por la noche de Halloween, a la que alude hasta en otras tres películas: Batman forever (1995, Reino Unido & EE.UU), Nadie es perfecto (Flawless, 1999, EE.UU.) y La masacre de Twon Creek (Town Creek, 2009, Reino Unido, Rumanía & EE.UU.), por no hablar del remake de la película en cuestión Enganchados a la muerte (Flatliners, Niels Arden Oplev, 2017, Canadá & EE.UU.), en la que aumenta considerablemente la alusión al colectivo con la mera inclusión en su reparto de Elliot Page cuando todavía era Ellen Page.

7. La familia Addams (The Addams family, Barry Sonenfeld, 1991, EE.UU.)


No hace falta que incluya un personaje LGTBI concreto, cualquiera que no encaje con la heteronormatividad puede identificarse con los personajes creados originalmente por un historietista, Charles Samuel Addams, que invaden la pequeña pantalla a través de la serie de ABC, La familia Addams (The Addams family, David Levy & Charles Addams, 1964-1966, EE.UU.), para llegar a la pantalla por la puerta grande a través de esta entrañable película cuyo legado se prolonga a lo largo de una par de secuelas, La familia Addams: la tradición continúa (Addams family values, Barry Sonnenfeld, 1993, EE.UU.) y La familia Addams: la reunión (Addams family reunion, Dave Payne, 1998, EE.UU.), cuyo legado revive actualmente en forma de animación. Y todo esto sin tener en cuenta que la película está protagonizada por una pareja tan gay friendly como Raul Julia, que protagoniza una obra clave como El beso de la mujer araña (Kiss of the spider woman, Hector Babenco, 1985, Brasil & EE.UU.) y la inigualable Angelica Huston, auténtica diva LGTBI como ninguna otra.

8. El retorno de las brujas (Hocus pocus, Kenny Ortega, 1993, EE.UU.)


Y de una diva nos vamos a otra, porque si Huston era la protagonista de la adaptación cinematográfica de una obra de Roald Dahl, La maldición de las brujas (The witches, Nicolas Roeg, 1990, Reino Unido & EE.UU.), su secuela, que sí se desarrolla en la noche de Halloween, cuenta con la presencia de divas no menos queridas por el público gay como Bette Midler y Sarah Jessica Parker.

9. Ed Wood (Tim Burton, 1994, EE.UU.)


Pocas pandillas tan pintorescas como las que frecuenta en su tiempo el malogrado Edward D. Wood Jr., entre las que podemos encontrar lesbianas y homosexuales, siendo él mismo aficionado al travestismo, que no al transexualismo. Aunque no sea una película específicamente terrorífica, independientemente de que alude a la noche de Halloween, no solo es siniestra sino que también nos remite a obras cumbres del género, como aquellas vinculadas con él mismo y con cualquiera de los miembros de su círculo más cercano.

10. El cuervo: ciudad de ángeles (The crow: city of angels, Tim Pope, 1996, EE.UU.)


Tan solo un beso lésbico es lo que vas a encontrar en la secuela de El cuervo (The crow, Alex Proyas, 1994, EE.UU.), adaptación de la novela gráfica de James O’Barr, en la que una pareja de novios son asesinados la noche previa a su boda, volviendo el novio de entre los muertos para vengarse de sus asesinos en la primera, mientras que en la segunda, que es la que transcurre en la noche de Halloween son un padre y su hijo quienes son asesinados al ser testigos de un crimen, volviendo el padre de entre los muertos para vengarse. Existe una tercera entrega, El cuervo: salvación (The crow: salvation, Bharat Nalluri, 2000, Alemania & EE.UU.), que reincide sobre el personaje del novio asesinado de la primera.

11. Party monster (Fenton Bailey & Randy Barbato, 1998, EE.UU.)


Pocas fiestas de Halloween más divertidas que las organizadas por los club kids de Nueva York en los años noventa, cuyo periplo termina cuando se descubre el cuerpo desmembrado de uno de ellos. No por dramática y real, el relato de los sucesos en torno a tan macabro descubrimiento dejan de ser menos fascinantes. La propia pareja de cineastas dirige un lustro después un largometraje ilustrando los mismos sucesos, Party monster (2003, EE.UU.), aunque sigue siendo más fascinante la película documental.

12. Scary movie (Keenen Ivory Wayans, 2000, EE.UU.)


La ausencia de representación LGBTI de la fabulosa serie de Wes Craven iniciada con Scream (1997, EE.UU.) es subsanada por su parodia. Si apuestas más por la risa que por la sangre, puedes completar la sesión con Stan Helsing (Bo Zenga, 2009, EE.UU.), que además de tener lugar igualmente en la noche de Halloween, también incluye personajes gays.

13. Hell house (George Ratliff, 2001, EE.UU.)


Ni son adolescentes ni se trata de un relato de ficción, son un grupo de fundamentalistas religiosos, Trinity Church, que cada noche de Halloween se reúnen en una casa encantada en las afueras de Dallas (Texas), para escenificar todo aquello en lo que están en contra y conseguir adeptos para su causa. La realidad da tanto miedo como la fantasía o más si tenemos en cuenta que se trata de una película documental.

14. Donnie Darko (Richard Kelly, 2001, EE.UU.)


Sí, lo confieso, cogido por los pelos está este fascinante título de Kelly que a todos nos encanta y nos fascina, pero si bien sí sucede en la noche de Halloween, al menos un servidor defiende que la profesora interpretada por Drew Barrymore tiene las suficientes señales diacríticas como para afirmar que es lesbiana.

15. May (Lucky McKee, 2002, EE.UU)


Imagínate que coges a Carrie, pero sin poderes telequinéticos, siendo aquí marginada por ser ciega, que en lugar de estudiar secundaria se está preparando para ser veterinaria, y fundes el concepto de Frankenstein con el traje que se estaba haciendo Ed Gein con la piel de sus cadáveres favoritos. El resultado es un terrorífico cuento romántico que no por ser fallido deja de resultar menos fascinante, además de que alude sin metáforas al colectivo LGBTI.

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